Reunía el partido del pasado sábado todos los ingredientes que se pueden pedir para una buena tarde de fútbol. Llegaban ambos equipos, tanto el Campanario Atlético como el Mesón Cervantes-Lizarrán, encaramados en los dos primeros puestos de la clasificación con los mismos puntos.

Se enfrentaban los locales al rival que les había derrotado en un partido agónico con prórroga incluida que otorgó a los del Mesón Cervantes el título de Liga el pasado mes de mayo. No necesitaban ninguno de los veintidós jugadores que comenzaron el encuentro, motivación alguna como se pudo comprobar desde el pitido inicial.

El Campanario puso en liza a José de portero. Benito, Cuco, Lapa y Talega, en defensa. Centro del campo con Ayuso, Fidel Ito Mapfre y José Alberto. En la delantera, Sito y Berru.

Por el Mesón Cervantes jugaron: Frutos en la portería. Como hombres de campo: Esteban, Juan, Tapia, Edu Jurado, Barrantes, Alberto, Luis, José Julián, Ivan y Toni. En el primer tiempo, Sito, portero suplente ocupó el lugar de Frutos y en la segunda parte entrarían Alberto y Laso.

Los primeros minutos fueron de tanteo. Ambos equipos se conocen muy bien y la concentración era máxima. Bien es verdad que los del Atlético le pusieron al encuentro un ritmo muy elevado, con juego al primer toque, desplazamientos rápidos y continuos movimientos de los hombres sin balón. Respondían los serones con las mismas armas, pues calidad y mucha atesoran todos sus integrantes, curtidos en mil batallas de la antigua Preferente y Tercera División.

Sería Fidel el primero en intentarlo con un lanzamiento peligroso desde fuera del área después de una gran arrancada desde el centro del campo.

No tardaría en llegar el primer contratiempo para los locales cuando Sito, gafado últimamente con las lesiones musculares, tiene que abandonar el terreno de juego cuando sólo se llevaba un cuarto de hora. Deseamos una pronto recuperación. Sería reemplazado por Loren.

En los forasteros, José Julian ‘Pollo’ buscaba una y otra vez jugar entre líneas, para con sus clásicas arrancadas, crear peligro, aunque en la tarde del sábado estuvo muy controlado por un equipo que se vació en tareas defensivas. El delantero verde, Toni, también lo intentó con un buen pase al hueco que revistió cierto peligro para la portería de José, aunque más temeraria resultaría una salida en falso del cancerbero que se quedó en susto.

Como si se tratara de vasos comunicantes, el portero serón no quiso ser menos, con un clamoroso fallo y a punto estuvo Loren de mover el marcador, que se alteraría cuando rondaba la media hora de partido, con una gran subida por banda de un Benito que no paró en toda la tarde de correr y parece haber olvidado definitivamente sus problemas con las lesiones.

Su centro fue perfectamente rematado por un Berru que había acompañado la jugada y empujó con suavidad el balón. 1-0 y el partido, donde querían los de negro.

Se lanzaron los villanovenses a por el empate, y con lo que se encontraron cinco minutos después, fue con el segundo. La jugada fue de tiralíneas. José Alberto, excelso todas las tardes en tareas ofensivas y defensivas, robó un balón en el centro del campo y filtró un gran pase a Loren.

Mil veces hemos visto la misma jugada con el mismo final: el delantero deja correr el balón, esperando la entrada del defensor al que recorta en seco, habilitando el balón para su pierna izquierda. Solo ante el portero, fusila para el segundo. Habilidad, picardía y definición unidos de la mano para el 2-0.

Espoleados por el segundo en contra, los del Mesón Cervantes tomó la iniciativa del juego, pero todo se diluyó en un quiero y no puedo hasta el pitido que marcaba el descanso.

Quedaba la duda si para el segundo tiempo, los campanarienses aguantarían el ritmo frenético de la primera parte. Los segundos cuarenta y cinco minutos se encargarían de disiparlas. Reseñar que Sito, portero suplente y viejo conocido en Campanario, hubo de sustituir al portero titular visitante.

Salieron los de Villanueva decididos a acortar distancias cuanto antes. El guión inicial se ajustó a lo que se preveía: posesión foránea y rápidos contraataques locales. Loren tuvo en la punta de la bota el tercero, que pudo llegar en otra oportunidad posterior de Berru.

En el minuto 23 Talega, lesionado, dejaba su puesto a Mariano Arcos y en el 25, Antonio, desde el banquillo local, debía saltar al terreno de juego en tareas poco habituales: en vez de atacar la portería contraria como suele hacer, debió defender la suya, enfundándose la camiseta de portero para sustituir a José, lesionado.

En partidos de esta igualdad, cualquier detalle es aprovechado. Un lanzamiento desde lejos en forma de globo sería el primer susto que recibió, pero no por la interinidad en la portería llegó a cundir el nerviosismo. Más bien al contrario.

Las ocasiones que se sucedieron fueron locales con un lanzamiento lejano de Fidel y una entrada en velocidad de José Alberto que se quedó en una vaselina fallida, incluso hasta la tuvo Lapa en un balón franco.

Cuando el partido agonizaba, falta lateral, rematada de cabeza por Edu Jurado, para acortar distancias (2-1).

De ahí hasta el silbato final, no hubo nada reseñable. El Campanario supo defenderse con mucho orden y se llevó un partido de forma merecida, mostrándose en todo momento como un bloque sólido atrás y letal delante. No se puede destacar a nadie en particular porque todos estuvieron sobresalientes. Personalmente considero que fue el mejor partido que se ha visto esta temporada en El Ejido.

Partido de los que hacen afición. Dos equipos que trataron muy bien al balón con una deportividad exquisita. La expulsión por doble amarilla de Edu Jurado en los minutos finales queda en anécdota, diluida completamente por los saludos cordiales entre todos los componentes de los dos equipos.

EL Atlético se afianza en el liderato, siempre es importante para cuando llegue la fase final, por aquello de la ventaja en los cruces. Pero para eso queda mucho tiempo. De momento, a saborear este merecido primer puesto.

Fuente: Hoy Campanario