La prevención constituye la estrategia a largo plazo más efectiva para el control del cáncer.

Según la evidencia científica disponible, y así nos lo recuerda la OMS, al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse.

Está demostrado el beneficio que se obtiene abandonando el hábito de fumar, aumentado el consumo diario de verduras, frutas frescas, cereales con un alto contenido de fibra y limitando el consumo de alimentos ricos en grasas y el de bebidas alcohólicas, así como realizar ejercicio físico, evitar el exceso de peso y la exposición excesiva al sol o a otros riesgos ambientales y utilizar protecciones adecuadas frente a los riesgos laborales.

Una referencia importante, es el Código Europeo Contra el Cáncer, cuyos consejos relativos a la prevención primaria parecen en este momento los más sólidamente relacionados con una disminución real de la incidencia del cáncer. De hecho, la mayoría de los planes contra el cáncer existentes basan sus estrategias de prevención primaria en estas ideas y en su difusión.

El Código Europeo contra el Cáncer (CECC) es una iniciativa de la Comisión Europea para aconsejar a los ciudadanos sobre lo que pueden hacer para reducir el riesgo de cáncer, refiriéndose tanto a evitar o disminuir la exposición a agentes cancerígenos o a cambiar estilos de vida no saludables, como a participar en pruebas de cribado de eficacia demostrada.

Por ello desde la Dirección General de Salud Pública del Servicio Extremeño de Salud, se ha editado un cartel y un folleto que, a través de imágenes, intenta reproducir el Código Europeo contra el Cáncer.

Como cada año por estas fechas el SES también pone en marcha una campaña de sensibilización sobre cáncer de piel y protección solar dirigida a niños y jóvenes.

El sol, tomado con moderación, es bueno para la salud, porque ayuda a la síntesis de vitamina D, entre otros efectos beneficiosos.

Sin embargo, cuando se toma en exceso, puede resultar perjudicial produciendo quemaduras, arrugas y, a largo plazo, cáncer de piel.

Por ello es recomendable protegerse frente a la exposición solar excesiva.

En este folleto se exponen las recomendaciones básicas frente a la exposición solar excesiva.

Son muchos los fotoprotectores que existen en el mercado y una manera de saber cual elegir es fijarse en el etiquetado. Así que vamos a hablar un poco del etiquetado en los fotoprotectores.

Primero que todo hay que tener en cuenta el factor de protección solar «FPS«: este número nos indica la protección frente a la radiación UVB que es la responsable de producir el eritema o quemadura en la piel, el FPS nos indica el tiempo que aumenta la capacidad de defensa de la piel antes de producir un eritema solar.

No hay que olvidar que un buen fotoprotector no sólo nos tiene que proteger frente a la radiación UVB, es muy importante también una buena protección frente a la radiación UVA, la cual penetra con mayor profundidad y  es la responsable del fotoenvejecimiento celular, arrugas y cáncer de piel.

Para saber si un fotoprotector cumple la normativa debe aparecer el símbolo UVA con un círculo como garantía de que cumple con la normativa.

También en el etiquetado nos podemos encontrar con las palabras «water resistant«, esto no quiere decir que sea resistente al agua durante todo el tiempo que estemos en el agua, indica que  el fotoprotector no ha perdido su capacidad protectora después de 40 minutos de inmersión en el agua.

En el caso de que en el etiquetado aparezca «waterproof» indica que el fotoprotector no ha perdido su capacidad protectora después de 80 minutos de inmersión en el agua.

Otro símbolo importante en el etiquetado del fotoprotector es el conocido como símbolo PAO que aparece como  un bote abierto con una cifra, esto indica el tiempo de vida útil expresado en meses una vez abierto el producto, ya que con el tiempo los principios activos del producto pueden perder sus propiedades y perder su eficacia.