Treinta días justos serán los que la Virgen de Piedraescrita permanecerá en Campanario. Ayer viernes 27 de abril los campanarienses la arropaban en su popular ‘entrada’ y el 27 de mayo de nuevo la llevarán en volandas en su regreso a su santuario. Por tanto, la presencia de la Patrona alegra a los campanarienses los últimos días de abril con la celebración de su famosa feria y llena de luz y esperanza el mes de mayo.

Fueron cientos de vecinos los que hicieron el camino acompañando a La Barranquera, y una vez en la Cruz de Piedraescrita y en torno a las diez de la noche, los fuegos artificiales advertían que la Reina de la Serena ya estaba a las puertas de su pueblo y de ahí, acompañada por la música de la banda municipal, llegó a una abarrotada plaza de España.

Sor Natividad Gallardo Cano fue la encargada de ofrecer el discurso de bienvenida a la Madre, que acogió momentos emocionantes y grandes verdades: «Cuando tú estás en el pueblo, se respira un aroma especial, se siente tu presencia que lo llena todo. Ese ir y venir a la iglesia. ‘Vengo de ver a la Virgen’, decimos, y es que no puede pasar un día sin visitarte».

Este simple detalle dice mucho de la devoción tan intensa, profunda y arraigada que tienen los campanarienses hacia su Patrona.

Una Barranquera que, como expresó acertadamente Sor Natividad, tiene una mirada especial: «Y las madres no se miran a sí mismas; miran a los hijos, a la familia, a los de alrededor… detectan pronto la alegría o la preocupación. Las que sois madres entendéis muy bien esta mirada. ¡Esa es la mirada de nuestra Madre! Cómo le gusta a la Virgen que pasemos ratos junto a ella, en su presencia silenciosa, dejándonos mirar con esa mirada de misericordia, una mirada que sana e inunda nuestro corazón de paz».

Tras la bienvenida, y el remate de los fuegos, la Virgen de Piedraescrita entró a la iglesia, donde fue recibida por los tradicionales cánticos a la Madre.

Y es que la devoción por la Virgen de Piedraescrita no entiende ni de ideologías políticas ni de creencias religiosas, y sólo el hecho de ser hijo de Campanario justifica el acompañar a la Madre en estos momentos y el ponerse bajo su manto para buscar su protección.

La Patrona, que durante buena parte del año está en su ermita situada a unos cinco kilómetros de la población, descansa por tanto ya en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde permanecerá hasta el 27 de mayo cuando reemprenda de nuevo el camino hacia su santuario.

En definitiva, la Virgen de Piedraescrita es un motivo más de orgullo de Campanario y de los campanarienses, que llevan muy dentro a su Patrona local y de toda la comarca de La Serena.

Fuente: Hoy Campanario