Campanario cuenta las horas para su día grande: el de la Romería de Piedraescrita. El día más especial del año, que se celebra cada Lunes de Pascua, cae este año el 17 de abril y las pandillas de amigos ya trabajan de forma intensa en sus auténticas obras de arte.
Es menos de un mes ya el que resta para que las carrozas luzcan en todo su esplendor por las calles de la población en honor a la Virgen de Piedraescrita. Y en Campanario ya se respira ambiente previo a la romería.
Este año han sido un total de ocho carrozas las que se han inscrito en el concurso. Un número idéntico que el año pasado.
Así, en la nave del matadero se está haciendo la carroza ‘La playa’; en la que está junto al matadero la de ‘Dumbo’; en un corralón de la calle Moreno Nieto se elabora ‘La plaza de toros’; en el corralón frente al silo se trabaja en la carroza ‘Mariscos Recio’; en una nave del barrio Hospital está tomando forma la carroza ‘Resacón en Las Vegas’; en otro corralón cercano al cementerio viejo se prepara la de ‘Tequila’; en el Pozo Nuevo se está haciendo la de ‘Cruzcampa’, mientras que en la nave frente a la Laguna se realiza la del ‘Parque infantil’.
En esta ocasión, el Ayuntamiento de Campanario mantuvo las medidas que puso en marcha hace seis años para potenciar la fiesta más importante del municipio, declarada de Interés Turístico Regional.
Por un lado, el Consistorio campanariense se hace cargo de los gastos de alquiler del local donde se realice toda aquella carroza que participe en el desfile de 2017. Además, el Ayuntamiento costeará, dependiendo de las necesidades de cada grupo de personas que realicen la carroza, los gastos del tractor y tractorista o bien los gastos del carpintero. Dos de estos gastos, los que elija cada carroza, los asume el Consistorio.
Son millones las flores que lleva una carroza, por lo que es muy laboriosa su confección.
Cada una de estas ‘joyas artesanales’ nace primero en un boceto de papel. Luego, es el carpintero el que da forma a esa idea de carroza plasmada en un papel. Y a partir de ahí, son las niñas, madres y padres los que en sus ratos libres, sobre todo por las tardes, se encargan de cubrir la estructura con flores de papel de seda que deben ser pegadas una a una en la estructura.
Este año, los grupos no quieren dar muchas pistas sobre sus carrozas y esperan sorprender a todos los vecinos y visitantes el día de la romería.
Lo que es indudable es que se trata de la cita más esperada del año, y la que provoca las lágrimas de emoción, el cosquilleo en el estómago y la alegría a raudales durante el paso por la plaza abarrotada.